¿Qué es la microbiota?
Empecemos por el principio. Si todavía no has oído hablar de la microbiota te lo aclaramos: la microbiota es lo que siempre hemos conocido como “flora intestinal”, es el conjunto de microorganismos vivos o bacterias que se encuentran en el intestino o tubo digestivo del organismo humano. La palabra microbiota es más adecuada, ya que no se encuentra en exclusiva en el intestino, de hecho se encuentra generalmente asociada a tejidos sanos (piel, mucosas, etc.).
Algunos de esos microorganismos son especialmente “buenos” y, al ser más numerosos, consiguen controlar a otros que no lo son tanto. El objetivo es conseguir el equilibrio perfecto que protegerá nuestra salud y ese equilibrio dependerá del cuidado que nosotros decidamos darle.
Te adelantamos que a partir de ahora es un término que vas a escuchar mucho porque la salud de nuestra microbiota influye, directamente, en nuestro buen estado de salud general. Tanto es así, que la ciencia ha demostrado que la salud de nuestra microbiota intestinal dirige nuestra salud digestiva, nuestro sistema inmunitario, y previene la aparición de enfermedades crónicas e incluso aporta grandes beneficios a la salud mental y emocional.
Una vez sentadas las bases podemos extendernos en los múltiples beneficios personales que nos puede aportar el conocimiento y cuidado de nuestra microbiota, pero el tema que nos ocupa en este post va a ser el de la microbiota intestinal y la relación con la alimentación, en concreto, los beneficios que la fruta aporta.
Por tanto, nos centraremos en la microbiota intestinal que, como hemos aclarado, puede considerarse un órgano funcional del cuerpo humano al trabajar en estrecha colaboración con los intestinos a través de sus funciones esenciales de:
- Favorecer la digestión
- Desempeñar una función importante en la maduración del aparato digestivo.
- Funcionar como una barrera.
- Aportar un papel defensivo.
De esta forma, queda claro que la alimentación tiene un papel imprescindible en la composición y funcionamiento de la microbiota intestinal.
Entonces, ¿qué alimentos tenemos que elegir?
El objetivo es construir un intestino saludable, es decir lleno de bacterias buenas y aquí entran en juego los probióticos y los prebióticos.
Últimamente habrás oído hablar mucho de ellos, pero para aclararlo: los probióticos son alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos destinados a mantener o mejorar las bacterias "buenas" del cuerpo, y los prebióticos son alimentos, por lo general con alto contenido de fibra, que actúan como nutrientes para la microbiota humana. Es decir, los primeros regeneran y mantienen la microflora intestinal, y los segundos, promueven su crecimiento y la actividad de esos microorganismos, podríamos decir que les sirven de alimento.
Por ello, contar con una alimentación variada y saludable, que incluya frutas, verduras, legumbres y productos integrales, ricos en fibra, influye directamente en el estado de la microbiota, y es aquí donde entra a formar parte del juego LA FRUTA.
Como todos conocemos, la fruta es una importante fuente de fibra para nuestro organismo, por ser esencial para estimular el proceso de producción de las bacterias del intestino, y es igualmente importante para la salud y la función digestiva.
La manzana como un prebiótico natural
En general cada fruta aporta nos aporta los nutrientes esenciales para favorecer el equilibrio, pero en concreto la manzana, una de las frutas que más presente está en nuestro día a día, es especialmente interesante. Lo que hasta ahora no sabíamos es que cada una de ellas contiene millones de bacterias que juegan un papel vital para nuestro organismo, ya que al contener pectina, un tipo de fibra soluble que sirve de alimento para las bacterias beneficiosas de la microbiota intestinal, se considera un alimento prebiótico.
A las bacterias intestinales les encantan las pectinas y, además, dándoselas logramos tener mayor diversidad bacteriana, es decir, que haya más especies diferentes, lo que suele implicar una microbiota más equilibrada y saludable.
Además de la pectina son ricas en fibra, vitaminas y antioxidantes, ayudan a reducir los niveles de colesterol, regulan el tránsito, combaten la diabetes, reducen el riesgo de obesidad y previenen la pérdida muscular.
Y es que, la ingesta de manzana altera significativamente las cantidades de dos bacterias (Clostridiales y Bacteriodes) en el intestino grueso. Como resultado de estos cambios bacterianos, también se modifica su metabolismo, lo que proporciona grandes beneficios para la salud digestiva.
Nos rendimos ante la manzana, así que no queda más que inviarte a probar nuestra última variedad de Zutec en el mercado que, como no podría ser de ninguna otra forma es de MANZANA, NATURALMENTE (linkar con el post de asindown). ¡A tu salud!